Contexto - La creciente preocupación por los ataques terroristas en aviones ha llevado al desarrollo de escáneres de seguridad de alta sensibilidad para un control más eficaz de pasajeros en los aeropuertos.
Algunos de estos escáneres utilizan rayos X, un tipo de radiación que puede provocar cáncer y otros problemas de salud.
¿Supone su uso algún riesgo para los pasajeros y trabajadores?
Las respuestas a estas preguntas constituyen un resumen fiel del dictamen emitido en 2012 por el Comité científico de los riesgos sanitarios emergentes y
recientemente identificados (CCRSERI): "
La creciente preocupación por los ataques terroristas en aviones ha llevado al desarrollo de escáneres de seguridad de alta sensibilidad para un control más eficaz de pasajeros en los aeropuertos. Algunos de estos escáneres utilizan rayos X, un tipo de radiación que puede provocar cáncer y otros problemas de salud.
Los rayos X se encuadran dentro de la llamada “radiación ionizante”, que comprende también la radiación emitida por los materiales radiactivos. El término “ionizante” indica que tiene suficiente energía como para arrancar un electrón de una molécula, convirtiéndola en un ion al adquirir carga eléctrica. Esto puede provocar reacciones químicas potencialmente dañinas para los sistemas biológicos. Cuando estas reacciones afectan al material genético de una célula, se puede producir cáncer.
Todo el mundo está expuesto a radiación ionizante de fondo procedente de rocas naturalmente radiactivas, del espacio y de la inhalación de radón en interiores. También son fuentes de exposición las radiografías médicas y la radioterapia, empleada en el tratamiento del cáncer.
Los efectos perjudiciales de la exposición a altas dosis de radiación son muy conocidos y se utilizan para predecir los posibles riesgos para la salud que puedan causar dosis bajas, para las que no hay datos experimentales. Más en inglés…
Cualquier procedimiento que exponga a los seres humanos a radiación ionizante debe presentar más ventajas que inconvenientes, ya sea para el individuo o para la sociedad en su conjunto. El número de personas expuestas y el nivel de exposición deben ser tan bajos como sea posible, y la dosis recibida debe encontrarse por debajo de un límite establecido.
Las dosis límite difieren entre las aplicaciones médicas y no médicas, y también varían dependiendo de las circunstancias. En el caso de los controles de seguridad, los ciudadanos no deben recibir más de 1 milisievert de radiación ionizante al año. Este límite también es aplicable a aquellas personas que, por su trabajo, se someten a escáneres con frecuencia, como miembros de tripulaciones aéreas. Más en inglés…
En la actualidad, existen dos tipos de escáneres de rayos X. Uno de ellos (la técnica de retrodispersión) utiliza rayos X de baja energía que pasan solo a través de la ropa y muestran imágenes del cuerpo y de objetos ocultos cerca de la superficie. La segunda técnica (transmisión) utiliza rayos X de energía considerablemente más alta, que atraviesan el cuerpo como en el caso de una radiografía médica. Este método puede mostrar objetos ingeridos u ocultos en el interior del cuerpo.
Debido a que la radiación ionizante es potencialmente dañina, los fabricantes tienen la responsabilidad de incluir sistemas de seguridad en los escáneres para evitar un uso indebido de los mismos y garantizar la seguridad incluso en caso de avería. Más en inglés…
La mejor medida del riesgo para la salud de la radiación ionizante es la dosis efectiva, que tiene en cuenta el tipo de radiación y la sensibilidad de las partes del cuerpo expuestas, y se mide en sieverts o milisieverts (milésima de sievert).
Un único escaneado proporciona una dosis efectiva del orden de una milésima de milisievert con la técnica de transmisión, y aproximadamente diez veces menos con la técnica de retrodispersión.
Un viajero frecuente o un miembro de una tripulación aérea que se someta a escáneres tres veces cada día de trabajo, recibiría una dosis anual de aproximadamente 0,3 milisieverts con la técnica de retrodispersión, cantidad por debajo del límite establecido para la población. Sin embargo, si todos los escáneres se realizaran con la técnica de transmisión, la dosis anual sería de casi 3 milisieverts, cantidad demasiado elevada y que no cumple con las normas de protección radiológica. Más en inglés…
Las dosis bajas de radiación procedentes de escáneres de seguridad no pueden causar ningún daño en los tejidos a corto plazo. En cambio, las dosis altas de radiación ionizante afectan al material genético de las células y pueden causar opacidad del cristalino del ojo y aumentar el riesgo de enfermedades cardio y cerebrovasculares. Sin embargo, para las dosis bajas que se examinan aquí solo es relevante el posible incremento del riesgo de cáncer.
Existen pruebas directas de que las dosis por encima de 10 a 20 milisieverts aumentan el riesgo de cáncer en los seres humanos. Los efectos biológicos de las dosis recibidas de los escáneres de rayos X son tan bajos que no se pueden medir mediante experimentos en animales o en células cultivadas en el laboratorio. Por lo tanto, el aumento potencial del riesgo de cáncer provocado por los escáneres de seguridad no puede calcularse, pero es probable que sea tan bajo que resulte imposible distinguirlo del riesgo de fondo debido a otros factores. Cualquier incremento en el número de casos de cáncer sería demasiado pequeño para verse reflejado en estudios epidemiológicos, incluso aunque abarquen a grandes poblaciones. Más en inglés…
El objetivo de los controles con rayos X es aumentar la seguridad en los aviones para el beneficio de la sociedad en su conjunto. Si bien el riesgo adicional para una sola persona sometida a un escáner es prácticamente nulo, cuando los controles de seguridad se generalizan e involucran a una gran parte de la población, este minúsculo riesgo no puede ignorarse a nivel demográfico. Las estimaciones sobre la magnitud de cualquier riesgo adicional son muy inciertas y resulta imposible evaluar por separado los efectos en los diferentes grupos de población. Más en inglés…
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