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La cuestión de si el uso de teléfonos móviles está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar tumores cerebrales ha sido objeto de numerosos estudios epidemiológicos pequeños y varios a gran escala. La atención se ha centrado en la posibilidad de desarrollar tumores en la zona de la cabeza y el cuello, puesto que estos tejidos son los más expuestos a los campos de RF emitidos por los terminales. Asimismo, algunos estudios han apuntado a una relación entre la exposición a los CEM de RF generados por los teléfonos móviles y un mayor riesgo de cáncer del nervio auditivo (neuroma acústico) y tumores cerebrales (glioma).
Sin embargo, los resultados de estudios de cohortes y tendencias temporales de la incidencia no indican un mayor riesgo de glioma. La posibilidad de una relación con el neuroma acústico aún no se ha descartado. En concreto, la tasa de incidencia del glioma observada en los países nórdicos se ha comparado con las tasas proyectadas ante un aumento del riesgo de 1,2; 1,5 y 2 veces respecto al uso normal del teléfono móvil durante 10 años o más. La incidencia de cáncer observada no muestra el fuerte aumento proyectado que cabría esperar de existir una relación causal entre los teléfonos móviles y el cáncer.
El hecho de que las tasas de incidencia de los tumores correspondientes no hayan aumentado desde la introducción de los teléfonos móviles llama a la prudencia a la hora de interpretar dicha relación hipotética.
3.1.1 El único estudio epidemiológico sobre la relación entre el uso de teléfonos móviles y el desarrollo de tumores cerebrales en niños, en el que participaron cuatro países europeos, no encontró un aumento del riesgo. Sin embargo, es necesario seguir investigando.
3.1.2 Los estudios epidemiológicos no indican un aumento del riesgo de desarrollar otras enfermedades malignas como el cáncer infantil. Varios estudios han examinado asimismo el riesgo potencial de desarrollar cáncer debido a la exposición a los campos de radiofrecuencia de las torres de transmisión. En la mayoría de los casos no se han podido extraer conclusiones sobre el riesgo de cáncer.
Un número considerable de estudios rigurosos in vivo , con una gran variedad de modelos animales, han arrojado resultados en su mayoría negativos. Entre ellos, se realizaron una serie de estudios sobre la exposición de por vida y a largo plazo a campos de RF mediante la exposición de animales de laboratorio a señales GSM de 900 MHz y señales de mayor frecuencia a niveles más altos que en los estudios anteriores. Todos los estudios concluyeron que los campos de RF no influyen en el riesgo de desarrollar tumores, incluso a los niveles de exposición más altos. Un estudio identificó una reducción del índice de supervivencia de los animales expuestos, pero no se ha encontrado una explicación para este hallazgo.
Los resultados de los nuevos estudios experimentales concuerdan con los estudios anteriores y, en general, se suman a las pruebas de que los campos de RF, como los emitidos por los teléfonos móviles, no causan cáncer en animales de laboratorio.
Un análisis de 88 estudios in vivo e in vitro publicados entre 1990 y 2011 donde se evalúan los daños genéticos en células humanas expuestas a RF reveló que la diferencia entre los grupos expuestos a RF y los controles con exposición simulada es escasa, salvo excepciones. Globalmente, estos estudios no proporcionaron pruebas de que los campos de radiofrecuencia afecten al material genético de las células.
También se examinaron otros posibles efectos sobre aspectos como la muerte celular, la expresión genética y la proliferación de células, y la mayoría de los estudios no hallaron ningún efecto.
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